La memoria es una parte esencial para la cámara, pues sin ella no se podría almacenar información de las capturas que hagamos. Y si no quieres enfrentarte a situaciones incómodas y desastrosas, lo mejor será cuidar tus memorias y mantenerlas seguras. Aquí te dejamos una serie de recomendaciones que te ayudarán a mantener tus tarjetas en buen estado.

Sin adaptadores, compra lo adecuado

Cada tarjeta cuenta con características distintas, de velocidades y de capacidad, pero además, también pueden existir cambios en su tamaño, su grosor y su puerto USH, que puede ser de una fila o dos filas de pines. Investiga cuál es el que necesita tu cámara y compra el formato específico, no busques memorias con adaptadores.

Formatear la nueva memoria desde la cámara

Cuando compres tu memoria, lo primero que debes hacer es formatearla desde la cámara. Al hacerlo, además de borrar cualquier información extraña, estarás dándole un formato especial para fotografía, y ayudarás a crear una comunicación óptima entre la cámara y la tarjeta, que evitará problemas.

Exclusividad

Para alargar la vida útil de tu memoria, procura utilizarla solo para fotografía y en una cámara en específico. Si vas cambiando de tarjeta puede que la cámara comience a producir errores; o al revés, si usas la tarjeta en varios dispositivos llegaría un punto donde haya fallos en la conexión, lo que afectaría sus funciones.

Extrae de la forma correcta

Es importante que solo extraigas la memoria de la cámara cuando esta esté apagada, y en el caso de tenerla en un dispositivo (laptop, computadora, etc.) debes esperar a que termine de hacer los procesos que esté haciendo, luego expulsar la memoria del dispositivo y, si este indica que puedes hacerlo, extraer la memoria.

No borres fotografías durante la sesión

Cuando borras las imágenes directamente desde la cámara puedes llegar a afectar su Fat Table (un archivo de sistema que permite que la memoria haga su función). Borrar una foto representa un ciclo de borrado, por lo que estar borrando fotos una a una representaría muchos ciclos de borrado. Lo ideal sería borrarlas todas una vez que estén respaldadas, siendo un único ciclo.

Es importante también saber que cuando borras algo desde la cámara esto es definitivo, no hay forma de recuperar esa información ni con programas especiales. Lo ideal sería finalizar la sesión, pasar las imágenes a una computadora y ahí descartar las imágenes que no nos sirvan y rescatar las que sí.

No llenes al máximo su capacidad

Llenar la tarjeta con datos puede dañarla y comenzar a producir errores, esto porque la tarjeta necesita espacio para realizar los procesos de lectura y escritura, y si la llenamos a su máxima capacidad será incapaz de hacerlo. Es preferible que tengas dos o tres memorias con buena capacidad y las uses a lo largo del shooting, puedes llenarlas hasta un 80% aproximadamente y luego usar otra.

Cuidado al interrumpir procesos

Cuando la tengas en la cámara, espera algunos de segundos luego de tomar la última fotografía para apagar la cámara. A veces por las prisas podemos tomar una fotografía y apagarla instantáneamente, y esto interrumpe el proceso de almacenamiento lo que seguramente tendrá como resultado la pérdida de información.

De igual forma, cuando estés transfiriendo datos de la memoria a la computadora, no interrumpas el proceso. Espera a que termine y después podrás manipularla.

Cuidado con la batería del dispositivo anfitrión

Sobretodo cuando estamos usando la cámara, hay que cuidar la batería, porque si la cámara se apaga mientras estamos haciendo foto o video, se puede corromper. Cortar la comunicación de datos, sea porque desconectamos el dispositivo o porque el mismo se quede sin batería y se apague, puede producir fallos, pérdida de información o afectar la salud de nuestra tarjeta; más si esto ocurre con frecuencia.

Borrar no es lo mismo que formatear

Cuando borras una memoria, aunque te indique no tiene nada dentro de ella, en realidad hay información oculta; esta información puede recuperarse si utilizamos programas especiales. Por el contrario, al formatear eliminamos todo, dejamos en blanco la memoria para darle formato; los datos que se eliminan con un formateo son irrecuperables.

Aunque suene mucho mejor formatear la memoria y borrar todo rastro de información para dejarla como nueva, debes considerar que si los archivos se dañan, se borran o los pierdes, tu única oportunidad de recuperarlos está en esa SD. Formatea solo cuando tengas dos o tres copias de seguridad, sino, es preferible borrar; ¡Ah! Y si borras, hazlo desde la computadora, porque borrar desde la cámara es por siempre y para siempre.

Formatea cada cierto tiempo desde la cámara

Como decíamos, lo recomendable es borrar las fotografías una vez respaldadas. Pero, cada cierto tiempo también conviene formatear; la memoria funciona similar al disco duro de una computadora, donde el espacio se fragmenta dependiendo de lo que guardemos y borremos de ahí. El formateado nos ayudará a desfragmentar y conseguir de nuevo el almacenamiento original.

Al hacerlo desde la cámara le estás dando el formato para fotografía, para que no haya fallos en la comunicación.

Usa lector de tarjetas

Los lectores de tarjetas proporcionan más velocidad de transferencia de la tarjeta a la computadora y viceversa; este además será esencial si tu dispositivo no cuenta con entrada para SD. Evita lectores de baja calidad, pues pueden corromper la memoria, y que de preferencia cuenten con conexión USB 3.0 y sean compatibles con bus UHS-II.

Ten cuidado con los pines

Las SD tienen 9 pines de conexión mas uno de bloqueo manual; hay otras que tienen más porque cuentan con dos filas de pines; puedes identificarlos como los rectángulos dorados de la parte trasera. Estos pines, entre otras funciones, permiten la conexión de la memoria con los dispositivos y la transferencia de datos.

O sea, que si los pines se arruinan, no podremos conectar la memoria ni transferir las fotografías. Para evitar que los pines se dañen, debemos evitar manipulaciones bruscas y limpiar los pines cuando veamos que están muy sucios (puedes hacerlo con alcohol isopropílico).

Si da error, no la uses

Cuando pasa algo con la tarjeta y la cámara nos arroja un mensaje de advertencia, lo mejor será que te detengas, apagues la cámara, extraigas la memoria y respaldes. Lo que sucede es que, en caso de que la memoria vuelva a funcionar, es probable que comience a escribir sobre la información que ya estaba ahí, por lo que perderías todo.

Protégelas de peligros del entorno

Desde la humedad, el calor, el polvo, los goles, rayones y los cambios bruscos de temperatura pueden afectar tu memoria. Evita inconvenientes de este tipo protegiéndolas con un estuche de memorias; usualmente estos son pequeños y compactos estuches con varios compartimientos para las memorias, y pueden ser de tela, impermeables, rígidos, o incluso contar con características muy específicas.

Actualiza tu cámara

Esto se hace dependiendo de la marca en la página web del fabricante; hacerlo te ayudará a corregir errores y evitar futuros problemas de compatibilidad. Considera que incluso algunas tarjetas actuales tienen actualizaciones, por lo que también hay que actualizar su firmware.

Compra de buena calidad

Aunque quizá de momento no sea lo más económico, invertir en cosas de calidad siempre es a la larga mucho mejor. Sobretodo por las garantías y la vida útil de la memoria, compra de marcha conocidas, que te den seguridad y confianza. Ten cuidado también con las imitaciones.